10 de septiembre Día Internacional para la Prevención del Suicidio


Educación y Salud: Responsabilidades Compartidas

Titulo: La prevención del suicidio

Introducción:
¿El suicidio es prevenible?
Factores Protectores
Resiliencia
Conclusión  
Bibliografía consultada - Sitios Web de importancia


Introducción:
Partiendo desde el eje temático que hoy nos convoca, "Educación y Salud, responsabilidades compartidas", considero atinado referirnos a la problemática social de la muerte por suicidio. Aflictivo y caro para los catamarqueños que venimos sufriendo en carne propia esta problemática.

En líneas generales las organizaciones dedicadas al estudio de la misma, apuntan al Trabajo en Equipo de distintos Sectores de la Comunidad: Docentes, Trabajadores de Salud, Actores y Comunicadores Sociales, entendiendo que es una de las estrategias más acertadas al tratar sobre la prevención de un flagelo que nos ataca desde diferentes ángulos. A lo cual adhiero y amplio, considerando que el lector también debería incluirse cómo parte de la Solución, ya que involucrarnos o no, de igual modo, el suicidio siempre nos afecta.

Abordar este tema desde el Sector de Educación favorece las posibilidades de eficacia en la prevención del suicidio porque, justamente nos ofrece la posibilidad de desvirtuar tantos mitos o creencias que vienen a obstaculizar, o peor aún, vienen a afianzar  la sensación de frustración colectiva - "todo está perdido" – lo cual, no nos permite avanzar en la construcción de una vida más pasable, o como dice mi profesor, una Vida más vivible. (Lic. Carlos Martínez) 

Existen tantos juicios o creencias asociadas al suicidio y arraigadas en la sociedad que se tornan en el principal obstáculo para la prevención; como por ejemplo, tomemos una de esas "creencias": Hablar o preguntar a una persona,  sobre su pensamiento de quitarse la vida,  puede que lo  intente. Nada más lejos de la realidad: porque justamente cuando más agobiado y doblado por las circunstancias de la vida se encuentra, es cuando más necesitas DECIR o gritar aquello que punza y duele desde el alma hasta el centro de tu pecho.

Guiado por el prejuicio social, esta persona en lo que cree es, que nadie puede entenderle (te), que nadie puede ayudarle (te). No hablar es lo nocivo ¿Quién querrá escuchar? ¿Quién podría escuchar sin emitir juicios de valor sobre su pesar? La respuesta es simple, cualquiera de nosotros que no se encuentre en las sombras de la ignorancia.

Entonces, ahora sabemos que el "no hablar" propicia - como caldo de cultivo - la gestación y el inicio del pensamiento viciado. Que gira y gira en la intimidad de la cabeza y con cada giro se intoxica cada vez más de angustia, de dudas, de miedos y de confusión: vivir o morir, (cuál de las dos duele menos)

Desde allí lo único que se busca es dejar de sufrir, es terminar con este espacio de dolor, de puertas cerradas, de personas ocupadas, que terminan llevando a quien lo padece a la creencia de que en la otra vida y después de la muerte podrá “vivir mejor”, "ser feliz". En este momento no se ve a la muerte como lo que es en realidad: la nada absoluta, el fin y sin posibilidades; acá, "morir" pasa a convertirse en la puerta de salida más rápida.

Cambiar esta creencia o mito y permitir a la persona expresarse es permitir que sea "la palabra" y no "el acto". (Acting out) Es liberar esa presión para que pueda airear el pensamiento, permitiendo reiniciar en busca de una nueva posibilidad de solución o ayuda, para salir de este espantoso lugar.

Entonces, es acá donde las Responsabilidades deberían ser Compartidas. Entre todos los que conformamos una Unidad en Común: la Comunidad. Y, comenzar cambiando nuestro sistema de creencias y rever esta manera de pensar, si lo que buscamos es prevenir.

Y trazarnos como objetivo primordial: examinar, críticamente, nuestro pensar, decir y hacer. Que las tres acciones, se encuentren emparentadas con lo Vital.
Con todas las implicancias que conlleva lo Vital, sabernos que:

  • Nos señal como  modelo del Otro.
  • Otro que existe en mi vida, nos mira y nos imita.
  • "Copia" que, a la larga, siempre me afecta.
  • Que nos obliga a mantener esta actitud aún en las peores adversidades.
  • Por último, la responsabilidad de educar con el ejemplo.


¿Se puede prevenir el suicidio?
Al tener oportunidad de exponer sobre la prevención del suicidio, las personas preguntan si realmente creo que se puede prevenir. Y ¿cómo hacerlo?

Analizando que prevenir refiere a  preparar y disponer con anticipación las cosas necesarias para un fin determinado.  Y con respecto a la temática que nos ocupa, prevenir el suicidio, debería ser - advertir anticipadamente todo aquello que nos predisponga a la idea de terminar con “esta” vida.  

El Referente del Programa SUPRE de la Organización Mundial de la Salud, José Bertolote, considera de importancia el conocimiento de los factores socioculturales específicos de cada lugar, para el desarrollo de programas de prevención del suicidio eficaces. (Bertolote, 2004) Porque, desde nuestro posicionamiento podremos observar todo aquello que propicia el riesgo en esta ciudad, con este pensamiento (pesimista - optimista), con lo cotidiano de la vida en la  comunidad, advirtiendo el riesgo y fortaleciendo factores de protección.