La tasa de este tipo
de muertes creció, en el mundo, un 60% en los últimos 50 años. Y lo habrá hecho
otro tanto cuando llegue 2020. ¿Cómo es el proceso que puede concluir en lo que
este especialista llama "un acto de comunicación trágico y terrible"?
La muerte pactada de la mediática Lily Süllös y su hermano.
La de la ignota Silvia, que se quitó la vida un mes después de que lo hiciera
su hijo. Las de los adolescentes de Villa Gobernador Gálvez, Vera, General Las
Heras, Rosario de la Frontera, que concitaron la evanescente atención de la
prensa. Los decesos premeditados que acontecen, ahora, en innúmerosos lugares de
la Argentina. ¿Qué lleva al sufrimiento humano a dar origen a la
autodestrucción? Pese a saber, o precisamente a causa de ello, que para el
suicida suele no ser relevante que su acto sea descifrado, Carlos Martínez
lleva años desentrañándolo. Desde la academia y en el territorio. Psicólogo;
autor de publicaciones y protocolos de atención; a cargo del Subprograma de
Intervención en Crisis y Rehabilitacion Psicosocial, de la provincia de Santa
Cruz, este suicidólogo entiende que, debido a su complejidad y multicausalidad,
frente al suicidio no existen definiciones eficaces per se. Aun así, desde Río
Gallegos, donde reside y es un referente nacional en la materia, afirma que
"el suicidio es previsible y prevenible".
–Existe un viejo axioma periodístico que privilegia no dar
cuenta del suicidio. Y, salvo contadas y morbosas excepciones, se cumple. Informar
o no, ¿qué deberían hacer los medios?