La felicidad una actitud, por Pilar Sordo


“La felicidad no es reírse todo el día, tener el yate o la 4x4”



(Reportaje del diario "La Nación" 27 ENE 2014 | 08:29) 

Lo dice Pilar Sordo, psicóloga chilena, escritora best-seller, que reúne multitudes en sus charlas. “La felicidad es una decisión, es convivir con los problemas y con el dolor. A mí la vida me ha puesto de rodillas”. Y apela a su sencillez: “No soy ninguna celebrity, tampoco soy sabia ni la dueña de la verdad. Sólo investigo”.

Vinieron especialmente para escucharla y tomar nota de lo que alecciona en sus charlas. Para entender su filosofía, para aplicar sus consejos, para emular su estilo de vida. Para inyectarse de su optimismo, conocer los “tips” que lleva a cabo y para dejarse zamarrear y abrir los ojos. Con esa gigantografía allá arriba, en la marquesina lujosa del Hotel Conrad de Punta del Este, ella parece una celebrity, pero dice que es “apenas” una psicóloga, una escritora, que intenta dar una mano para vivir mejor.


Ella es Pilar Sordo, la chilena de Temuco, dueña de best-sellers como “Viva la diferencia”, “No quiero crecer” y “Bienvenido dolor”, su último material, que siguen cientos de miles de personas. Una foto ahí, un autógrafo allá, un comentario más acá… Pilar recibe a cada uno de los fans con la misma calidez y a todos les dispensa una sonrisa creíble. “Hay mucha necesidad de salir adelante y la gente busca alternativas. La gente quiere encontrar la felicidad, y yo les digo que adelante, que es una decisión personal”, expresa pausada la psicóloga del momento, en un bar que mira a la Playa Mansa.

Posta, Pilar, ¿existe la felicidad? Dale, en serio...
Existe si se rompe el paradigma de que la felicidad tiene que estar asociada con la alegría.

Es decir que se puede no estar contento y ser feliz.
Es lo que yo investigué y escribí en mi libro “Viva la diferencia”. Así como también sostengo que la felicidad no está asociada al tener y tener. No creo que uno sea más feliz a medida que tenga más cosas materiales. Entonces cuando esos dos fundamentos, el de la alegría y los bienes materiales se rompen, aparece la decisión de querer ser feliz.

Todos queremos ser felices… 
Pero se hace poco al respecto. Hay que ser consecuente. Hay que proponerse querer estar mejor. Eso es levantarse a la mañana y tener una actitud positiva ante las cosas que me están ocurriendo. Yo sostengo que los problemas pueden permanecer pero se puede estar feliz y convivir con ellos.

¿La felicidad se busca?
Ni se busca ni se planea. Cuando alguien dice que está buscando la felicidad, es un error bien grande porque depende de factores externos como son el tener la casa, la 4x4, el televisor último modelo… Y no conseguirlos puede ser una gran frustración.

¿Sos feliz hoy, ahora?
Muy feliz aquí, conversando contigo y mirando el mar. Tiene que ver con la práctica del ejercicio de la voluntad. Con la práctica de sonreír, con la práctica de saber el nombre del vecino, no sólo cuando hay una catástrofe, de tratar bien a la otra persona… 

Disculpame, pero suena ingenuo, algo naif… Andá a decirle a quien tiene deudas, o que no tiene trabajo, o un familiar enfermo, que se proponga ser feliz… 
No es naif ni nada sencillo. Es bien complejo el tema. Son decisiones que hay que tomar varias veces al cabo del día, pero se puede. Hay que buscar y hurgar cuáles son y de dónde vienen los orígenes de los pesares. ¿Sabías que la felicidad tiene más que ver con el desapego, con el soltar y desprenderse de las cosas? 

Hace poco el presidente uruguayo José Mujica, en una entrevista en Europa, dijo: “Tener mucho te convierte en preso de tus pertenencias”. Me pareció genial.
Sí, lo es. Porque uno es feliz, también, teniendo menos preocupaciones. Y tener bienes materiales obliga a preocuparse en cuidarlos. Se cree que subir de estatus y adquirir cada vez más cosas conducen a una inexorable felicidad y no hay nada más equivocado.

Se acerca una mujer, entre tímida y emocionada. Pide disculpas, acerca un libro para firmarlo y le dispara una foto. “Gracias por sacudirnos y abrirnos los ojos”. Sordo escucha atentamente y balbucea un tenue “gracias”. Paradojas de la vida: una mujer que vive de escuchar se llama Sordo. “Me encanta, me define y me personaliza”.

En Argentina se te valora y estima mucho. ¿Por qué pensás que eso ocurre? ¿Creés que sos un modelo a seguir? 
Es cierto, en Argentina me siento valorada y escuchada, pero no sé bien por qué ocurre; por otra parte, no me siento referente de nada, ¡por Dios! Muy por el contrario, creo que mi único mérito es ser muy trabajadora y constante . Y creo que ayuda el hecho de que mi vida no ha sido fácil y me ha puesto de rodillas muchas veces, lo cual me ha hecho entender que uno no es nada.

Escucharte en tus charlas invita a pensar que tenés respuesta para todo. ¿Te pesa o te presiona ese “poder”? 
Primero quiero dejar en claro que yo soy dueña de nada, de ninguna verdad... Sí soy consciente del cariño de la gente y con eso tengo suficiente en términos de la responsabilidad de trabajar en forma seria y honesta. Lo demás se da en la relación igualitaria que establezco con todo el mundo, sin pretender mostrarme como algo distinto de lo que soy todos los días.

¿Te preocupa ser vista como una suerte de celebrity? ¿Y como gurú latinoamericana? 
Es que no lo soy, no me engancho con eso. No soy sabia, ni iluminada, no tengo como siempre lo digo ninguna condición especial, sólo soy trabajadora y encontré que investigando temas que a todos les puedan interesar y contándolos después, podía dejar huella en la gente.

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